En las relaciones con los demás el poder distinguir entre el comportamiento egoísta o el cuidarse a uno mismo es necesario, ya que al hacerlo se pueden tomar mejores decisiones en cuanto a cómo se debe actuar ante determinadas situaciones que se presentan al momento de interactuar con otras personas. Aunque ambos conceptos giran en torno al individuo y sus necesidades, sus implicaciones y efectos en las relaciones son distintos. El comportarse de forma egoísta crea división, ya que trae conflictos y peleas entre las personas al no demostrar consideración por ellas. En cambio, el autocuidado implica el ser humilde y tener una actitud respetuosa hacia uno mismo y hacia los demás, lo que ayuda a que las relaciones con los otros sean más saludables y pacíficas. Practicar el autocuidado no solo beneficia al individuo, sino que también mejora las relaciones con las otras personas.
¿Qué es el egoísmo?
El egoísmo se caracteriza por anteponer los deseos propios a las necesidades de los demás, sin que importen las consecuencias. Una persona que se comporta de forma egoísta antepone lo que desea sin considerar como ello afecta de forma negativa a otros, persigue su bienestar personal, aunque lo que hace cause daño. Esta forma de actuar demuestra la incapacidad de entender a los demás ya sea porque no interesa hacerlo o porque no se pueden ver las consecuencias negativas que causarán las decisiones que se tomen, esto debido a que la persona que se comporta de manera egoísta está centrada únicamente en la propia realidad. El egoísmo radica en sentir que se merecen más oportunidades que los demás y que las necesidades propias son más importantes. Esto lleva a imponerse y ocupar el espacio de los demás, sin importar el contexto.
Algunas de las características del egoísmo incluyen:
- Anteponer los deseos propios a las necesidades de los demás: El egoísmo antepone lo que se desea sin considerar si esto afecta negativamente a otros.
- Deseos:
- Tener el último modelo de un teléfono celular.
- Salir a vacaciones caras.
- Recibir constante aprobación y elogios de los demás.
- Comprar ropa de diseñador para cada temporada.
- Asistir a eventos sociales de alta categoría.
- Tener un carro de lujo.
- Comer en restaurantes caros regularmente.
- Necesidades:
- Tener un teléfono funcional para comunicarse y trabajar.
- Tomarse un descanso adecuado para la salud mental.
- Sentirse valorado y respetado en las relaciones personales y profesionales.
- Vestirse adecuadamente para el clima y las ocasiones.
- Participar en actividades sociales para compartir con los demás.
- Tener un medio de transporte seguro y fiable.
- Consumir una dieta balanceada que promueva la salud.
- Deseos:
El egoísmo por ejemplo lleva a insistir en tener el último modelo de teléfono sin importar el impacto financiero en la familia. Por el contrario, el autocuidado implica reconocer la necesidad de un teléfono que sea funcional sin poner en riesgo la estabilidad económica familiar. Del mismo modo, mientras que el deseo de asistir a eventos sociales de alta categoría podría ser costoso e innecesario, la necesidad de compartir con otros es fundamental para el bienestar emocional.
- Perseguir el bienestar propio, aunque dañe a los demás: En el egoísmo no hay límites cuando se trata de alcanzar el propio confort o éxito, incluso si esto implica herir a otros.
- Falta de empatía: El egoísmo se manifiesta en la incapacidad de entender a los demás ya sea porque no interesa hacerlo o porque no se percata de que el otro también tiene su propia realidad. El enfoque está más en sí mismo y en la propia realidad.
- Sentido de superioridad: El egoísmo lleva a sentir que se merecen más oportunidades que los demás y que las propias necesidades son más importantes.
- Imponerse y ocupar el espacio de los demás: Al hablar o actuar, una persona que se comporta de manera egoísta no considera el espacio que los demás necesitan, y busca siempre imponer la propia presencia y opiniones.
¿Qué es el autocuidado?
El autocuidado, por otro lado, se trata de anteponer las necesidades propias a los deseos de los demás, pero sin que ello cause daño a los otros. El poder cuidarse a uno mismo es saludable ya que equilibra el bienestar personal con el respeto hacia los demás. Las personas que practican el autocuidado buscan su bienestar personal sin dañar a los demás, e intentan entender tanto a los otros como a sí mismas. A diferencia del egoísmo, el autocuidado implica aprender a aprovechar las oportunidades que se presentan y desear que los demás también tengan oportunidades. También incluye la humildad de reconocer que otras personas, en ocasiones, pueden desempeñar mejor ciertas funciones, por lo cual cede el espacio para que lo hagan. Las características del autocuidado incluyen:
- Anteponer las necesidades propias a los deseos de los demás: Esto implica reconocer lo que es esencial para el propio bienestar y priorizarlo, pero no a costa de los demás.
- Perseguir el bienestar propio sin dañar a los demás: El autocuidado busca el equilibrio, y es capaz de cuidar de sí mismo mientras se mantiene el respeto y la consideración por los otros.
- Empatía y comprensión: El autocuidado permite el tratar de entender a los demás y sus realidades, al mismo tiempo que se comprende la propia realidad. Es una habilidad de balancear la empatía hacia uno mismo y hacia los demás.
- Aprovechar las oportunidades y desear lo mismo para otros: El autocuidado implica el aprender a aprovechar las oportunidades que se presentan mientras se apoya y se celebra que los demás también tengan oportunidades.
- Humildad y reconocimiento de capacidades ajenas: Una persona que cuida de sí misma también es capaz de reconocer que en ocasiones otras personas pueden desempeñar mejor ciertas funciones y les cede el espacio para que lo hagan.
Beneficios del autocuidado
El poder cuidarse a sí mismo tiene beneficios tanto para el individuo como para los demás. A nivel personal, por ejemplo, el autocuidado promueve la salud mental y física, ya que ayuda a las personas a mantener el equilibrio en las relaciones con las demás personas. El autocuidado fortalece las relaciones, ya que una persona que se cuida a sí misma tiene más capacidad de apoyar y respetar a los demás.
Conclusión
El egoísmo resulta en algo destructivo y aísla a las personas entre sí, ya que se centra únicamente en la propia persona sin considerar a los demás, mientras que el autocuidado es una buena práctica ya que busca el bienestar personal junto al respeto y la consideración hacia las otras personas.
Al entender y aplicar la diferencia entre el autocuidado y el egoísmo, se puede crear un entorno más saludable y equilibrado tanto para la propia persona como para los demás. Las relaciones con los otros se volverán más saludables y las personas que practican el correcto autocuidado se sentirán mejor con ellas mismas y su entorno será más pacífico.