En algunas oportunidades la convivencia entre las personas puede resultar complicada, debido a diferencias de carácter, distintas formas de afrontamiento, de comunicación y la manera particular de resolver los problemas. Esto mismo que sucede cuando nos relacionamos con otras personas con las que no se tiene familiaridad puede suceder dentro de la relación de un matrimonio cuando uno o ambos miembros de la pareja se considera que tienen comportamientos “difíciles o conflictivos”.
¿Qué se considera un comportamiento “difícil” en una pareja?
Para saber si una persona tiene un comportamiento “difícil” es necesario que se identifiquen algunas de las características de comportamiento frecuentes en las personas con las que suele ser complicada la convivencia. Dentro de estas características suelen estar:
1. El comportamiento defensivo:
Cuando una persona se comporta de forma defensiva suele mostrarse enfada cuando siente que se le está criticando o menospreciando (lo cual no necesariamente es cierto). Una pareja con este tipo de comportamiento puede reaccionar de forma desproporcionada al sentirse “atacada”. La actitud defensiva puede ser la forma en la cual una persona reacciona si ha sido “herida” en el pasado, lo cual puede haber sido causado por su pareja u otras personas.
2. El comportamiento crítico:
El comportamiento crítico es otra de las características que puede mostrar una persona que tiene un comportamiento “difícil”. Esto puede observarse si la pareja constantemente critica todas las acciones que realiza su cónyuge sin que existan razones válidas para hacerlo. Esto no debe confundirse con el externar motivos válidos por los cuales no se está de acuerdo con alguna acción realizada por la pareja.
3. Falta de comunicación:
Una persona que no sabe comunicar sus necesidades, deseos y sus emociones a su pareja puede tener problemas en la comunicación asertiva, ello le puede llevar a comunicarse de forma agresiva o más pasiva. También podría pasar que más bien no diga nada de lo que le pasa. Todo lo anterior puede traer conflictos en la relación matrimonial. Cuando una persona tiene problemas en cuanto a la comunicación, esto también puede estar asociado a alguien que se considera tiene un comportamiento “difícil”.
4. Control y autoritarismo:
El tener un comportamiento autoritario y controlador también suele estar asociado a que la pareja considere a su cónyuge como alguien con el cual es difícil convivir. Este comportamiento algunas veces está asociado a personas que necesitan para sentirse seguras o para cuidar a otros el tener la certeza de que pueden enfrentarse a cualquier contratiempo que se presente y en afán de esto se muestran algunas veces como personas con comportamientos autoritarios. En este aspecto se debe tener el cuidado de poder discernir si la pareja tiene un comportamiento autoritario o más bien es lo que se considera como agresividad, de ser este último caso es necesario el cuidar de la propia integridad.
El poder identificar alguno de los comportamientos anteriores en la pareja o en uno mismo, es el primer paso para “trabajar” en las acciones que se deben realizar para mejorar la convivencia con el cónyuge.
Acciones para tener un mejor ambiente en la relación:
Existen algunos pasos básicos que ayudan a tener un mejor ambiente en la relación de pareja. Entre estos están:
1. Practicar la Empatía
El tratar de entender el por qué el cónyuge tiene comportamientos que no son apropiados es el primer paso en la búsqueda de la mejoría en la relación. Pregúntate: ¿Cuál puede ser la raíz del comportamiento inadecuado?
En este aspecto podrían encontrarse razones como: la inseguridad, la forma en la que fue educado, el estar teniendo elevados niveles de estrés, el estar enfrentando algún duelo, el que la persona tenga “creencias erróneas” sobre como debe ser una relación de pareja y cuáles son los comportamientos adecuados, en fin, puede haber muchas causas que le lleven a comportarse de una forma “difícil”. Así que lo primero que se debe hacer es buscar las posibles causas de que la pareja lleve a cabo acciones que no son agradables. Es importante el que se tenga claro que el tratar de entender el comportamiento de la pareja no implica el justificar comportamientos inadecuados, pero si resulta importante para ser más comprensivo.
2. Mejorar la Comunicación
El trabajar en la mejoría de la comunicación entre los miembros de la pareja es otra acción que se debe hacer para tratar con un cónyuge que tiene un comportamiento “difícil”. Algunas veces esto puede resultar en todo un reto porque implica que la pareja este dispuesta aprender nuevas maneras de comunicarse y quiera cooperar, pero, aunque la persona que trabaja en ser más asertiva no sea la del comportamiento inadecuado esto traerá una mejora en la convivencia con la pareja ya que el matrimonio es una relación interdependiente, lo que quiere decir que las acciones que realiza uno de los miembros de la pareja repercute en el otro.
3. Establecer Límites Saludables
El establecer límites saludables en la relación es importante para mantener el respeto entre los miembros de la pareja y además asegura que ambos se sientan seguros y valorados. Para establecer los límites es necesario el definir cuales son los comportamientos que se consideran inadecuados y comunicarlos claramente al cónyuge, además se debe ser consistente en la forma de comportarse cuando sean irrespetados los límites establecidos.
4. Buscar Soluciones Conjuntas
Trabajar juntos para encontrar soluciones puede fortalecer la relación y puede mejorar la convivencia con la persona que se comporta de forma “difícil”. Por ejemplo, se puede acudir a un orientador familiar para obtener una perspectiva profesional. También se podría tratar de involucrar en actividades que disfruten juntos y el demostrar interés en los proyectos que tiene el cónyuge pueden ayudar a fortalecer el vínculo.
5. Refuerzo positivo:
Algunas veces la persona que convive con una pareja de comportamiento “difícil” puede pasar por alto las acciones que su cónyuge si hace bien. El reconocer y celebrar los pequeños logros y mejoras en el comportamiento de la pareja, agradecerle por un gesto amable o reconocer su esfuerzo por mejorar en algún aspecto, puede hacer una gran diferencia, al hacer sentir al otro valorado.
6. Cuidar de sí mismo:
Es fundamental no olvidarse de sí mismo mientras se trabaja en la relación. La convivencia con una pareja que tiene un comportamiento “difícil” puede ser desgastante mental, emocional y físicamente, por lo cual se debe tratar de buscar tiempo para disfrutar a solas o realizando actividades que sean agradables para sí mismo. También resulta necesario el poder contar con apoyo para hablarcon personas de confianza y discretas, cuando se sienta que se esta sobrecargado con la situación.
7.Auto-reflexión:
Un aspecto relevante es el poder reflexionar sobre las propias emociones y comportamientos, hay que discernir si alguna acción que se está realizando contribuye de alguna forma al comportamiento inadecuado que está teniendo el cónyuge. Estar consciente de las propias reacciones puede ayudar a manejar mejor las situaciones difíciles y a crecer personalmente.
Conclusión
Tratar con un esposo o esposa difícil puede ser complicado, pero con empatía, el aprender a comunicarse, establecer límites saludables, el buscar soluciones conjuntas, el refuerzo positivo, cuidar de sí mismo y la autorreflexión, es posible mejorar la relación. Se debe recordar que cada relación es única y puede requerir diferentes enfoques y estrategias. El buscar ayuda profesional cuando sea necesario puede ser una gran herramienta para navegar estos desafíos y construir una relación más fuerte y saludable. El implementar estas estrategias con paciencia y amor puede llevar a una mejor comprensión mutua y a una mejor relación.