Tres virtudes imprescindibles que se deben enseñar a los hijos

A lo largo de la vida de cualquier ser humano se presentan momentos difíciles. Son los momentos en los que la vida parece ponerse “cuesta arriba”. Pueden deberse a múltiples causas como lo son eventos como: la pérdida de un trabajo, la muerte de un ser querido, metas que no se han alcanzado, el padecimiento de una enfermedad, la pérdida de algún bien material, problemas en las relaciones a nivel laboral o personal. Existen una gran cantidad de causas externas que pueden hacer que se sienta que lo que está sucediendo es superior a la fuerza que se tiene para enfrentarlos y poder salir adelante.

Así como todos los eventos mencionados anteriormente también existen realidades más de tipo interno que resultan igualmente difíciles de aceptar y enfrentar. Estas tienen que ver con toda una realidad interior a nivel personal y que es difícil para otros el poder comprenderlas debido a que cada persona la vive de manera única, algunas de estas tienen que ver con patrones de pensamiento desesperanzadores, crisis existenciales, la motivación de la persona, incluso algunos podrían estar relacionados con el tipo de temperamento de cada persona en particular. Todas estas realidades son vividas a nivel interno, son difíciles de expresar y a los otros se les puede dificultar entenderlas.

No todas las personas viven exactamente las mismas circunstancias, pero lo que sí es una certeza es que en la vida de todo ser humano existen esos momentos y eventos desagradables. No todo sale como se desea en la vida, no todo son buenas noticias, muchas veces no todas las personas desean que a los demás les vaya bien y ello resulta desgastante. En la vida se enfrentan y se enfrentarán adversidades y para cada persona la que está padeciendo tiene el mismo grado de dolor, el máximo.

Ya sea por causas externas o internas, lo cierto es que a lo largo de la vida se pueden presentar estos momentos, en los que la vida se puede sentir como una gran carga. Resulta angustiante enfrentarse a ellos, no parece que haya una » luz», cómo se dice popularmente, después del túnel que se está atravesando. Es entonces cuando hay virtudes que son imprescindibles para superar los tiempos angustiantes, y se basan en la confianza de que todo lo que pasa tiene algún sentido que se desconoce en ese momento y después de ello existirá un futuro prometedor y agradable.

Las virtudes de la esperanza, la paciencia y la fortaleza son necesarias para atravesar por esos momentos dolorosos. Estas virtudes pueden acrecentarse de forma natural por el solo hecho de hacer frente a estas situaciones, ya que para superar las adversidades se necesita haber podido ponerlas en práctica. Una persona que tiene claro que el sufrimiento es una condición a la que todo ser humano se enfrenta en algunos momentos de la vida tendrá las expectativas correctas de lo que le puede » pedir a la vida».

La esperanza, la paciencia y la fortaleza ante las dificultades son virtudes que se deben enseñar a los hijos. Se enseñan a través del ejemplo de los padres, cuando los hijos observan como sus padres enfrentan los momentos dolorosos y desagradables. También se enseñan cuando ante algo que los niños o adolescentes desean, tienen que esperar para tenerlo o en la búsqueda de alguna meta tienen que superar desafíos como el ser perseverantes, al tener que intentar nuevamente para conseguir lo que desean. También aprenderán paciencia cuando tienen que esperar para tener lo que quieren. La vida por el simple hecho de vivirla trae dificultades que los niños deben enfrentar, es allí cuando el estar para apoyarles, darles ánimo, y en muchas ocasiones el que cómo padres se les haga saber que se está allí para acompañarles, ayudarles , servirles algunas veces también de consuelo y el recordarles que todo lo malo que les puede suceder en algún momento llegara a pasar y tendrá un final, que ninguna situación por más mala que parezca en el momento va a ser eterna y que siempre debe existir la esperanza de que todo será mejor en el futuro.

Enseña a tus hijos estás tres virtudes y ello les hará un gran bien, se les estará dando las herramientas necesarias para hacer frente a la vida, la que trae consigo además de alegrías también momentos de angustia. Blinda a tus hijos para que puedan superar estas adversidades, enseñales la esperanza, la paciencia y la fortaleza, y así podrán resistir los momentos difíciles.

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