¿Qué es la crianza positiva y cuáles son sus efectos en la educación de los hijos?

Cuando se trata de la crianza de los hijos los padres siempre desean hacerlo de la mejor manera posible, por lo cual el conocer formas de crianza resulta importante y es aquí donde la crianza positiva hace su aparición debido a que es una excelente alternativa al momento de educar a los hijos.

La crianza positiva es un enfoque que promueve el desarrollo saludable y el bienestar de los niños a través del respeto, la comunicación y el amor incondicional. En lugar de centrarse en la crianza autoritaria o sin límites, la crianza positiva se basa en la comprensión y el apoyo, lo que ayuda a los niños a crecer en un ambiente seguro y que les ofrece todo lo necesario para su desarrollo. Los principios fundamentales de la crianza positiva son los siguientes:

La base de la crianza positiva es una conexión fuerte y saludable entre padres e hijos. Esta conexión se construye a través de la comunicación abierta y sincera. En la crianza positiva es esencial escuchar a los hijos, validar sus sentimientos y dejarles claro que sus pensamientos y emociones son importantes. Un ejemplo de este tipo es cuando un padre se toma el tiempo cada día para hablar con su hijo sobre su día, le pregunta cómo se siente y escucha atentamente sus respuestas tratando en todo momento de que esta comunicación sea en momentos donde no hay interrupciones. Esto no solo fortalece el vínculo, sino que también les enseña a los hijos que son valorados y comprendidos.

La disciplina positiva no utiliza el castigo como forma de educación, sino que enseña y guía a los niños hacia comportamientos adecuados. Su enfoque está en establecer límites claros y consistentes mientras se fomenta la empatía y el entendimiento. La crianza positiva es aplicada cuando en lugar de castigar al niño por no hacer la tarea, el padre se sienta con él y le explica la importancia de la responsabilidad que tiene. Le ayuda a organizar un horario de estudio y le ofrece apoyo para que pueda cumplir con sus obligaciones.

El refuerzo positivo es una herramienta importante en la crianza positiva. Consiste en reconocer y elogiar los buenos comportamientos y logros de los niños, no se fija tanto en el mal comportamiento, sino que más bien incentiva los comportamientos adecuados, esto tiene como consecuencia el refuerzo en la autoestima del niño y le motiva a seguir actuando de manera positiva. Cuando se elogia al niño por buenos comportamientos, como compartir con sus hermanos o completar sus deberes a tiempo, es necesario específicamente resaltar dichas acciones. Un simple «Estoy orgulloso de ti por compartir tus juguetes con tu hermana» puede hacer la diferencia.

Los niños aprenden observando a sus padres. Por lo tanto, es vital que los padres modelen los comportamientos que desean ver en sus hijos. Esto incluye la forma en que manejan el estrés, resuelven conflictos y muestran respeto hacia los demás, entre otros muchos aspectos. Si el padre desea que su hijo maneje la frustración de manera calmada, le debe demostrar cómo hacerlo. Cuando el progenitor enfrenta un desafío, debe verbalizar el proceso de las cosas que hizo para resolverlo, como decir lo siguiente: «Estoy un poco frustrado, pero voy a tomar un momento para respirar profundamente y luego lo resolveré».

Permitir que los niños tomen decisiones y asuman responsabilidades adecuadas para su edad les ayuda a desarrollar un sentido de autonomía y competencia. Fomentar la autonomía en el niño es otra de las características de la crianza positiva. Esto no solo aumenta la confianza de los niños en sí mismos, sino que también los prepara para ser adultos responsables e independientes. Un ejemplo de ello es cuando, se deja que el niño elija su ropa, planifique una actividad familiar o ayude con las tareas del hogar. Estas pequeñas decisiones y responsabilidades les enseñan habilidades valiosas y les hacen sentir que sus contribuciones son importantes.

Un entorno seguro y estable es fundamental para el desarrollo emocional y físico de los niños. Esto incluye no solo la seguridad física, sino también un ambiente emocional donde los niños se sientan amados y protegidos. Un padre que establece rutinas diarias como horarios para dormir o hacer las tareas, proporciona a su hijo estructura y previsibilidad. También el asegurarse de que el hogar sea un lugar donde se practique el respeto mutuo y se eviten las confrontaciones violentas crea un ambiente en el que el niño se siente seguro.

La crianza positiva es un enfoque que beneficia tanto a los niños como a los padres. Al centrarse en la conexión, la comunicación y el apoyo, permite una crianza donde los hijos son emocionalmente más saludables, responsables y seguros de sí mismos. El practicar la crianza positiva en la vida diaria puede requerir tiempo y esfuerzo, pero los resultados valen la pena. Al final del día, lo más importante es que los hijos se sientan amados, valorados y comprendidos, y la crianza positiva es una manera efectiva de asegurarse de que así sea.

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