La vivencia de estar casado es distinta para cada persona. Para algunas resulta ser todo un desafío y para otras en cambio puede resultar un hermoso viaje sin sobresaltos. Lo cierto es que sea cual sea tu propia experiencia existe una regla básica en una relación matrimonial sana para que las cosas funcionen de una mejor manera y es: “Construye una relación de amistad con tu pareja y nunca sean enemigos”. Esto es algo que siempre debes tener presente ya que si conoces este principio fundamental muy probablemente tu experiencia matrimonial será más gratificante y se sentirán cada día más enamorados.
Se que puedes estarte diciendo: “eso es muy fácil de decir, pero muy difícil de hacer” y en eso tienes razón. Todas las relaciones de pareja presentan desafíos los cuales pueden ser difíciles de enfrentar sobre todo si no se han construido sobre las mejores bases desde el principio. Sin embargo, el nunca convertirse en enemigos permitirá tener mayores probabilidades para que tu matrimonio perdure, sea mucho más agradable la convivencia y la “llama del amor” nunca se extinga.
¿Son amigos o enemigos?
Esta es una pregunta que cada pareja debe plantearse para sí. Una de las formas de saberlo es si cumplen con estas 2 características:
- Son comprensivos y empáticos entre ustedes: es común que cuando se pasa mucho tiempo en la convivencia con una persona no se cuide tanto como es nuestro comportamiento frente a ella, especialmente si ya se conocen muy bien sus defectos y errores. Pero lo cierto es que cuando ante un problema o simplemente una conversación estamos siempre buscando lo que el otro dice o hizo mal y somos rápidos para emitir juicios negativos, no estamos siendo comprensivos ni empáticos y esto es algo que probablemente no haríamos con nuestros amigos. Una verdadera amistad trata de entender al otro sin emitir juicios de valor apresurados. Si como cónyuges están más interesados en decirse el uno al otro todo lo que dicen o han hecho mal, es muy probable que no estén construyendo una buena amistad. No me mal entiendas hay circunstancias que se presentan en las cuales se debe indicar cuando una acción no estuvo bien, pero ello nunca debe hacerse sin antes intentar comprender y entender cómo se siente la pareja. En la mayoría de los casos los matrimonios necesitan sentir apoyo mutuo y comprensión.
- Eres leal a tu pareja: la lealtad implica un compromiso constante con la relación matrimonial y está basada en el amor, el respeto y la fidelidad. Esta lealtad se observa en acciones y actitudes que refuerzan el vínculo entre ambos, incluso ante los momentos de dificultad. Los matrimonios siempre deben ser aliados, ante todo y todos. Ello no implica el que no se deba hacer notar si algo está mal, pero esto siempre debe ser resuelto y discutido en privado, nunca ante otras personas. Este tipo de lealtad es la que se espera de una persona que demuestra la importancia que tiene la relación de pareja para ella. Nunca los buenos amigos deben hablar mal o a espaldas del otro, por lo tanto, esto tampoco debe pasar con nuestra pareja. En el caso de necesitar desahogarse por alguna situación que sentimos no está bien, se debe buscar ayuda con un profesional especialista en la materia o una persona discreta, confiable y que haya logrado construir un buen matrimonio.
¿Cómo se demuestra la lealtad en el matrimonio?
Existen distintas maneras para demostrar la lealtad que se tiene hacia la pareja. A continuación, presento una lista de cómo hacerlo, estas indicaciones deben efectuarlas ambos miembros de la pareja para que la relación funcione:
- Fidelidad emocional y física: Se debe evitar cualquier forma de infidelidad, tanto en acciones como en pensamientos. Se debe priorizar a la pareja en el corazón y las decisiones, cultivando la exclusividad en el amor y el afecto.
- Apoyo mutuo: Se debe estar presente en las alegrías y dificultades, celebrando los logros y enfrentando juntos los retos. Se debe ser el «refugio» emocional, brindando comprensión y ánimo cuando la pareja lo necesite.
- Respeto constante: Se debe hablar y actuar con respeto hacia la pareja, especialmente en público o frente a otros. Se deben valorar sus esfuerzos, su papel en la familia y sus contribuciones, evitando críticas innecesarias o despectivas.
- Confianza mutua: Se debe construir y mantener una relación basada en la honestidad, donde ambos puedan confiar plenamente el uno en el otro. No se deben guardar secretos que puedan dañar la relación ni desconfiar sin razones fundamentadas.
- Compromiso con el bienestar del otro: Se deben tomar decisiones que beneficien a la relación y no solo a intereses individuales. Se debe actuar siempre con la intención de fortalecer el matrimonio, cuidando el amor y la conexión emocional.
- Defender el matrimonio: Se debe proteger la relación de influencias externas que puedan dañarla, como comentarios negativos de otras personas o tentaciones externas. Se debe mostrar lealtad al evitar hablar mal de la pareja o exponer sus debilidades frente a terceros (esto incluye a la propia familia).
Una pareja que es leal apoya los proyectos y sueños de su cónyuge. En lugar de rendirse ante las dificultades, trabajan juntos para superar los desafíos y buscar soluciones que beneficien a ambos.
La lealtad en el matrimonio se trata de construir una relación sólida y duradera, en la que ambos se sientan valorados, seguros y amados, recordando siempre que el matrimonio es una alianza que requiere esfuerzo mutuo y compromiso continuo.
Reflexión final:
El matrimonio es una alianza que requiere esfuerzo, compromiso y, sobre todo, lealtad y amistad. Ser amigos no significa estar de acuerdo en todo, sino demostrar comprensión, empatía, respeto y lealtad en cada circunstancia. Esta amistad es fundamental para fortalecer la relación y permite construir un vínculo sólido y duradero.
Al reflexionar sobre si están actuando como aliados o enemigos, recuerda que las acciones hablan más que las palabras. Cuando se apoya, anima y se muestra respeto, la relación y el vínculo que se comparte se fortalece. La amistad no solo beneficia la relación, sino que también enriquece la experiencia de pareja, haciendo del matrimonio un viaje gratificante y lleno de propósito.
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